En plena naturaleza es donde los jinetes aficionados se sienten más a gusto. No hay nada mejor que ir en bici al establo de caballos después de un largo día de colegio y salir a dar una vuelta con tu caballo. Los niños sacan rápidamente a sus caballo del establo, le pone la silla de montar y entonces comienza la diversión. Su mejor amigo la lleva por los prados y los bosques. Mientras ellos se olvidan de todo lo que les rodea y se sienten muy unidos a su caballo, el tiempo pasa volando. Pronto anochecerá y desgraciadamente tendrán que volver al establo de caballos. Antes de que se ponga el sol cepillarán y darán de comer a su amigo antes de llevarlo al box. Después vuleven a casa en bici, felices de haber podido disfrutar de su amigo.