Las hienas incluso pueden romper huesos a mordiscos y digerirlos. Las hienas moteadas parecen a primera vista perros que han crecido demasiado. Llaman mucho la atención sus largos cuellos, sus fuertes cráneos, las motas marrones de su pelaje entre amarillento y rojizo y una crin corta y erizada. Debido a esta las hienas siempre parecen estar agachadas. Su aspecto contribuye a la eterna mala fama de estos depredadores. Para el ojo humano suelen parecer amenazantes y maliciosas. Las hienas moteadas son realmente los cazadores más efectivos de la sabana africana. Al anochecer salen a cazar grandes ungulados, pero tampoco les hacen ascos a pequeños animales como insectos o reptiles. Algunas veces les quitan las presas a otros depredadores como los leones o los leopardos. Las hienas se zampan a sus presas enteras porque pueden digerir hasta los huesos, volviendo a escupir solo los pelos. Las hienas viven en manadas de hasta 80 animales encabezadas por la hembra dominante.