La goleta Scottish Maid, construida por el astillero A. HALL & Co. en 1839, fue la primera embarcación con la popa inclinada. Se destinó a la ruta comercial Aberdeen-Londres, donde la velocidad era crucial para competir con los barcos de vapor. Contaba con 1 cubierta y 2 mástiles, una popa cuadrada y desplazaba 142 toneladas.
En su diseño y construcción se tuvieron en cuenta las regulaciones de tonelaje, ya que este medía la capacidad de carga de un barco y se utilizaba para calcular los impuestos y las tasas portuarias.
Se probaron varias formas de casco en un tanque de agua (*) antes de decidirse por el diseño que revolucionaría los veleros rápidos durante las siguientes décadas: una proa extremadamente inclinada y una forma aerodinámica del casco, que permitía al agua fluir suavemente alrededor del barco, lo que aumentaba la velocidad significativamente. Este diseño del casco y lo que se conoció más adelante como "proa (o arco) de Aberdeen", se aplicó después a barcos más grandes.
El buque se perdió el 26 de agosto de 1888 en North Sunderland.
(*) Las pruebas se hicieron en un tanque de vidrio de 3 metros de largo con agua, sobre cuya superficie se vertió una capa de 3 cm de trementina de color rojo. A continuación, desplazaron un modelo a escala de un barco y, basándose en el movimiento de la trementina roja, llegaron a conclusiones sobre los efectos de las distintas formas de proa y popa. Con diferentes modelos de igual peso pudieron hacer comparaciones de eficiencia. Pruebas de arrastre como esta se hacen hoy por ordenador.