Los ardeneses pueden llegar a pesar entre 800 y 1.000 kg. El ardenés es uno de los caballos de sangre fría más antiguos y procede de las Ardenas, una región de bosques extensos y colinas entre Bélgica, Luxemburgo y Francia. Es un auténtico fortachón, pero también tranquilo, perseverante y dócil. Por este motivo los ardeneses eran muy apreciados en la Edad Media como caballos de silla para caballeros, a los que llevaban sin ningún esfuerzo, incluida su pesada armadura. Posteriormente fueron empleados por Napoleón como caballos de batalla y tiraban pesados cañones por el barro y la nieve. Hoy en día el ardenés también es muy apreciado por su capacidad para trabajar como caballo de tiro en terrenos áridos y accidentados.